Navidad sin sensores

mujer sentada en el sofá, pensativa y esperando

Y que al final no fue (entrada escrita originariamente el 22/12/2022)

Spoiler: a media mañana del día 23 de diciembre, me llaman del centro de salud que ya tengo los sensores disponibles para recogerlos.

Podría ser una peli de Antena 3 del 25 de diciembre a las 4 de la tarde, pero va a ser una serie basada en hechos reales.
Por mucho que Netflix se esfuerce, la realidad le supera.

Exagero un poco, pero es mi forma de escribir (y ser).

Al turrón (que dicen los de la Factoría Cuidando).

El 28 de noviembre hice mi pedido de sensores a mi centro de salud. No es un proceso automatizado cada 3 meses porque -por razones inescrutables- la farmacia del departamento de salud Dr. Peset -que es donde pertenezco por domicilio-no funciona así (al contrario que casi todos los departamentos de mi Comunitat Valenciana).

Para los no iniciados, los sensores (y catéteres para la bomba) se sirven en pedidos trimestrales. En algunas CCAA la empresa farmacéutica lo manda directamente al domicilio del paciente y en otras CCAA puedes recogerlo o bien en el hospital (en el servicio de endocrino, normalmente la educadora tambien hace tareas de entrega de material) o bien en el centro de salud. Las menos veces (creo) en la farmacia hospitalaria (sólo le faltaba eso a mi amigo Emilio Monte).

Desde que me los sirven en el centro de salud (antes los recogía yo en mi hospital La Fe) he tenido problemas: pedidos repetidos, pedidos dobles en el mismo pedido, transmisores que no he pedido ni necesito…no 1 vez, ni 2 veces, bastantes veces con incidencias.


En mi centro de salud se lo curran mucho, desde la coordinadora de enfermería hasta el celador que controla los pedidos. Doy fe.
Fuera de eso ya no sé lo que pasa (y me gustaría saberlo).

Seguramente Farmacia del Hospital Dr. Peset hacen lo que consideran mejor, lo que les dejan o lo que pueden.

Y en Medtronic, supongo que tratan de tener los mínimos problemas con este tipo de cosas (se supone que automatizadas).


Sigo.

Desde el 28 de noviembre hasta el 13 de diciembre no tuve ninguna noticia. Así que me puse en contacto con mi centro de salud y me dijeron que el hospital (farmacia) estaba pendiente que la empresa (Medtronic) les enviara el pedido.
Cara de estupefacción…

Me pongo en contacto con Medtronic y me dicen que sí lo han enviado.
10 días más sin que nadie se ponga en contacto conmigo.
Pito, pito, gorgorito, donde está mi sensorcito…
Unos por otros, la casa sin barrer.
Paciente en el centro.

Nos encontramos a día 23 de diciembre, camino de 1 mes, no solo sin sensores, sino sin que nadie se ponga en contacto conmigo.
Todas las iniciativas son mías: pedir los sensores, reclamarlos, pedir explicaciones, volver a reclamarlos…



Sistema sanitario pasivo, que no cuida los detalles, que no le importa lo que suceda, que le da igual que un paciente no tenga lo que necesita (y le ha pautado un médico por determinadas razones clínicas).

Por supuesto, soy consciente que esto es un asunto menor.
Puedo hacerme mis 8-9 glucemias al día (como hace 8-9 años) y solvento así el tiempo que tarden en llegarme los sensores.
Tengo una (mala) solución a mi problema.
Por el camino, pierdo calidad de vida, pierdo seguridad en mi control, en la aparición de hipoglucemias e hiperglucemias…lo asumo.
A veces le digo a una amiga, que este tipo de situaciones son problemas del primer mundo…ojalá todos tuvieran el acceso a los beneficios de la tecnología que yo disfruto.

mujer pensativa y desconcertada, esperando sentada en un sillón.

Pero no voy a eso.
Leer lo que he resaltado antes sobre que el sistema es pasivo.
El sistema sanitario se desmorona.
Y no lo hace porque falten médicos (que también), o falten camas (discutible) o falte tecnología o se minusvalore el trabajo del resto de trabajadores sanitarios, o 20.000 cosas más que podíamos señalar..
Lo hace porque vive anclado en el año 1992, lleva un retraso de funcionamiento de 30 años respecto de la sociedad en la que está.

Coincidiendo con este suceso de #navidadsinsensor se ha estropeado el router de mi casa.
Puse la incidencia a las 8 de la tarde por la app de Vodafone.
Puse un tuit al día siguiente, medio jocoso medio serio, mencionando a Vodafone.
Inmediatamente me mandaron un privado tomándome nota de la incidencia.
Al día siguiente de poner la incidencia, a las 10 ya tenía al técnico en casa y solucionado el problema. (aquí no fueron tan rápidos como mi médico del CS para atenderme por mi lumbalgia).
Ese mismo día por la tarde, me llamaron desde Vodafone para ver si se había resuelto mi incidencia.
La cuenta de twitter de Vodafone, me mandó 2 mensajes directos para preguntarme si había ido el técnico y si estaba resuelto.
2 días después, por la mañana me llamó la empresa intermediaria (la del técnico) para una encuesta de calidad que empezó preguntándome si estaba todo OK y si necesitaba algo por mi incidencia.
Por la tarde, me llamó Vodafone, volvió a preguntarme si estaba todo OK, si había ido el técnico, si necesitaba algo más y hacerme 4 preguntas para mejorar su servicio.

Una semana antes (no, no era blackfriday) había comprado en El Corte Inglés, un par de regalos y alguna cosa que necesitaba.
Puse una incidencia porque no me habían llegado la mitad de las compras.
Y pasó lo mismo que con Vodafone (esta vez sin twitter de por medio). Llamadas de la empresa de reparto interesándose por si había llegado el resto de mi pedido y en qué condiciones, pidiéndome disculpas por el retraso y la incidencia, llamada de ECI por la incidencia, volvieron a llamar ambos para encuesta de calidad (siempre 1º preguntando si se había solucionado la incidencia…)

Se entiende lo que quiero decir, ¿verdad?
Leo muchas veces a Nacho Vallejo que lidera un movimiento llamado #cambiahospital
Pero voy más allá

 No es un problema de personas, ni de número, ni de instalaciones, ni de gestión basada en el valor, ni de la mentira del paciente en el centro…es que hay que cambiar el sistema de arriba abajo, o de abajo a arriba (porque los de arriba, políticos, no se enteran).



El sistema, tal y como está, ya no sirve.
Es incapaz de aprovechar el enorme potencial de rrhh técnico especializado (y que se encarga de formar, en parte) como médicos y enfermeras.
Es incapaz de desarrollar competencias útiles e importantes para el resto de personal que trabaja en la sanidad (imposible que funcione bien sin todos ellos)
Es incapaz de sumarse de manera firme a tecnologías tan normales hoy en día como el teléfono móvil, la digitalización, los weareables o el teletrabajo (sí, en sanidad se puede teletrabajar y también hacer telemedicina).
Es incapaz de aprovechar los enormes avances en cuestiones como la distribución logística.
Es incapaz de trabajar conjuntamente entre sistemas de salud para reducir costes (¿Cómo es posible que no haya una compra centralizada de productos sanitarios?)

Es incapaz de evaluar, de encontrar errores (humanos o no) y ponerles solución, de crear procesos y sus revisiones…cosa que hace cualquier empresa de cualquier lugar del mundo.

Pero sobre todo, es incapaz de cuidar -de manera global- las necesidades de la persona (llámale paciente, cliente, usuario, o lo que te dé la gana).
Y sólo cuando eres paciente, te das cuenta de esto.